La igualdad de género en el mundo empresarial es una utopía . Tan sólo uno de cada diez altos cargos es ocupado por una mujer. Para luchar contra ello países como Alemania o Noruega han implantado una cuota femenina. Pero, ¿es esta una buena solución?
En Noruega, donde las mujeres deben ocupar por ley el 40% en los consejos de administración, ha resultado eficiente, puesto que han pasado de representar el 22% en 2004 a un 42% en 2009. En España, con menor eficacia, se implantó la ley de la Paridad durante el gobierno socialista de Zapatero.Sin embargo, la discriminación positiva cuenta con mala prensa, y resulta bastante polémica. Cada vez que se habla de instaurar dichas cuotas surgen voces críticas que preguntan: ¿es eso realmente igualdad? ¿Es necesario discriminar aún más (aunque sea de forma positiva) a un género históricamente discriminado?¿ esta medida no segrega aún más a las trabajadoras en lugar de integrarlas?
En mi opinión, no es negativo dar ventaja a quien parte de una gran desventaja ( como se aprecia en la brecha salarial o en los reducidos porcentajes de mandatarias en empresas).
Pero a pesar de ello, no creo que sea la única ni la mejor solución. Puede dar la sensación de que han llegado hasta ahí por la cuota, no por sus méritos. Para lograr una resolución a largo plazo se debe producir un cambio en la educación y en el ámbito empresarial.