Las redes sociales se han convertido actualmente en una de las vías de comunicación más rápidas y extensas del momento. Su capacidad para hacer llegar la información a cualquier parte del mundo en un tiempo record y la posibilidad de establecer relación con más personas de manera sencilla, han hecho de este tipo de comunicación una de las más conocidas y aclamadas en todo el mundo.
Existen gran variedad de redes sociales: como Facebook, Tuenti, Twitter etc. Todas ellas permiten compartir información, ya sea texto, fotos… a través de Internet con millones de personas de forma muy sencilla. Las redes sociales posibilitan desarrollar hobbies y formar parte de diversas comunidades y de este modo socializarnos con otras personas, también permiten acudir a eventos y participar en actos y conferencias. Sirven para mantenerse en contacto con amigos y familiares, especialmente con los que viven lejos. Con la ayuda de este tipo de redes, se diluyen las fronteras geográficas. Pero las redes sociales no solo tienen ventajas, según el reciente informe de la Agencia Española de Protección de Datos, más del 40% de los usuarios tiene configurado su perfil de forma que todo el mundo puede verlo. De esta manera, la privacidad puede verse en peligro, especialmente en los menores, debido a que cualquier persona tiene acceso a los datos privados de estas personas, y no siempre es bueno. Otro importante problema es la adicción que crean, pudiendo provocar tal obsesión capaz de retener a la persona que la sufre durante horas “enganchada” a ellas.
En definitiva, las redes sociales son un buen instrumento para comunicarse e intercambiar opiniones e imágenes con personas cercanas, socializarse, y hacer llegar la información a cualquier parte de forma rápida y sencilla, pero si se usan sin ningún control pueden volverse un peligro contra la privacidad y la seguridad.