San Saturio, reflejado en el río Duero. El pasado 22 de Febrero se conmemoró el 70 aniversario de la muerte de uno de nuestros poetas más queridos y conocidos, ANTONIO MACHADO. En esta entrada, no sólo quiero rendirle a él este humilde homenaje, sino también a otros poetas como Bécquer, Gerardo Diego y Azorín que pasearon por sus calles y cantaron como nadie a ese río Duero. Se lo dedico en general a todos los sorianos y especial a algunos amigos porque son muy "buena gente".
Sosegada, fría y pura por definición, apacible reflejo de sí misma, pocas ciudades como Soria cuentan con una larga tradición de haber sido descubiertas y recreadas poéticamente. Asentada sobre un collado que forman dos cerros fronteros, en la orilla derecha del Duero, este lugar donde se resume y ahonda la esencia castellana tiene en Bécquer, Antonio Machado y Gerardo Diego a sus cantores mayores.
El propio Antonio Machado ya lo advierte: “Soria es una ciudad para poetas. Soria es, acaso, lo más espiritual de esa espiritual Castilla, espíritu, a su vez, de España entera”. Desde el anónimo juglar del Poema del Cid hasta Sánchez-Dragó o Javier Marías, pasando por una extensa nómina de escritores que, sólo entre los contemporáneos, incluiría a Galdós, Azorín, Unamuno, Baroja, Ridruejo, Ángela Figuera, Delibes y tantos otros, en el continuo transcurrir del tiempo a Soria nunca le han faltado poetas que la evoquen, que la invoquen y que la inventen desde la plenitud de la emoción y el fulgor de los sentidos. Se diría que Soria, más que una ciudad tangible, parece un perenne motivo literario.(Sabas Martín. Elmundo.es)
GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER:
La influencia que ejerció SORIA en Bécquer queda patente en las Leyendas que le inspiró esta ciudad:
La corza blanca, en Beratón, pueblo soriano en las faldas del Moncayo. La promesa en la villa de Gómara.
Los Ojos Verdes, está ambientada en las inmediaciones de Almenar y tiene como protagonista a Fernando de Argensola, el primogénito de Almenar.
Situadas en Soria capital, El rayo de luna, en las ruinas del monasterio de los Templarios San Polo, y El monte de las ánimas en el monte de las Ánimas, situado frente al de Santa Ana, en una de las entradas más bellas a Soria.
GERARDO DIEGO
Gerardo Diego, santanderino de nacimiento, llega a Soria en 1920 a dar clases en el mismo Instituto donde había sido profesor Antonio Machado. Alabó la belleza del Duero en este poema:
ROMANCE DEL DUERO
Río Duero, río Duero,
nadie a acompañarte baja;
nadie se detiene a oír
tu eterna estrofa de agua.
Indiferente o cobarde,
la ciudad vuelve la espalda.
No quiere ver en tu espejo
su muralla desdentada.
Tú, viejo Duero, sonríes
entre tus barbas de plata,
moliendo con tus romances
las cosechas mal logradas.
Y entre los santos de piedra
y los álamos de magia
pasas llevando en tus ondas
palabras de amor, palabras.
Quién pudiera como tú,
a la vez quieto y en marcha,
cantar siempre el mismo verso
pero con distinta agua.
Río Duero, río Duero,
nadie a estar contigo baja,
ya nadie quiere atender
tu eterna estrofa olvidada,
sino los enamorados
que preguntan por sus almas
y siembran en tus espumas
palabras de amor, palabras.
ANTONIO MACHADO
Antonio Machado llegó a Soria en Mayo de 1907 con 32 años tras obtener una Cátedra de Francés en un Instituto de aquella ciudad. Se instala en una pensión que lleva la familia Cuevas y posteriormente Izquierdo, donde se queda prendado de la hija mayor, la joven Leonor de tan sólo 14 años. En 1909 se casan y juntos pasean por los bellos parajes de la ciudad, que enamoran al escritor.
¡Primavera soriana, primavera
humilde, como el sueño de un bendito,
de un pobre caminante que durmiera
de cansancio en un páramo infinito!
¡Campillo amarillento,
como tosco sayal de campesina,
pradera de velludo polvoriento
donde pace la escuálida merina!
Esta dicha se rompe cuando Leonor contrae una enfermedad pulmonar que mina su salud hasta tal punto que en 1912, tras la publicación de la primera edición de Campos de Castilla, Leonor muere a la edad de dieciocho años.
Una noche de verano
—estaba abierto el balcón
y la puerta de mi casa—
la muerte en mi casa entró.
Se fue acercando a su lecho
—ni siquiera me miró—,
con unos dedos muy finos,
algo muy tenue rompió.
Silenciosa y sin mirarme,
la muerte otra vez pasó
delante de mí. ¿Qué has hecho?
La muerte no respondió.
Mi niña quedó tranquila,
dolido mi corazón,
¡Ay, lo que la muerte ha roto
era un hilo entre los dos!
Machado no resiste la muerte de Leonor, pide el traslado y se marcha a tierras andaluzas, concretamente a Baeza, pero siempre en su mente guardará las imágenes del paisaje soriano y su recuerdo de Leonor. Escribe a su amigo José María Palacio un bellísimo poema donde tras recordar la llegada de la primavera tardía a Soria, le pide que suba al Espino, al alto Espino, donde está su tumba y que le lleve un ramo de rosas, ya que él se encuentra lejos de allí. He aquí el poema:
A JOSÉ MARÍA PALACIO
Palacio, buen amigo,
¿está la primavera
vistiendo ya las ramas de los chopos
del río y los caminos? En la estepa
del alto Duero, Primavera tarda,
¡pero es tan bella y dulce cuando llega!...
¿Tienen los viejos olmos
algunas hojas nuevas?
Aún las acacias estarán desnudas
y nevados los montes de las sierras.
¡Oh mole del Moncayo blanca y rosa,
allá, en el cielo de Aragón, tan bella!
¿Hay zarzas florecidas
entré las grises peñas,
y blancas margaritas
entre la fina hierba?
Por esos campanarios
ya habrán ido llegando las cigüeñas.
Habrá trigales verdes,
y mulas pardas en las sementeras,
y labriegos que siembran los tardíos
con las lluvias de abril. Ya las abejas
libarán del tomillo y el romero.
¿Hay ciruelos en flor? ¿Quedan violetas?
Furtivos cazadores, los reclamos
de la perdiz bajo las capas luengas,
no faltarán. Palacio, buen amigo,
¿tienen ya ruiseñores las riberas?
Con los primeros lirios
y las primeras rosas de las huertas,
en una tarde azul, sube al Espino,
al alto Espino donde está su tierra...
Baeza, 29 de abril de 1913
Antonio Machado
En 1930 en la revista La Voz de España, Machado hablará de su experiencia Soriana "Soy hombre extraordinariamente sensible al lugar en que vivo. La geografía, las tradiciones, las costumbres de las poblaciones por donde paso, me impresionan profundamente y dejan huella en mi espíritu. Allá, en 1907, fui destinado como catedrático a Soria. Soria es lugar rico en tradiciones poéticas. Allí nace el Duero, que tanto papel juega en nuestra historia. Allí, entre San Esteban de Gormaz y Medinacelli, se produjo el monumento literario del Poema del Cid. Por si ello fuera poco, guardo de allí recuerdo de mi breve matrimonio con una mujer a la que adoré con pasión y que la muerte me arrebató al poco tiempo. Y viví y sentí aquel ambiente con toda intensidad. Subí al Urbión, al nacimiento del Duero. Hice excursiones a Salas, escenario de la trágica leyenda de los Infantes. Y de allí nació el poema de Alvargonzález."
GABINETE CALIGARI
En 1987, el grupo Gabinete Caligari, liderado por Jorge Urrutia, editó el disco CAMINO SORIA, que tuvo un enorme éxito. Aquí os dejo un vídeo estupendo que he encontrado con la canción a la que acompañan unas fotografías preciosas del paisaje soriano.