EL AMOR Y LOS JÓVENES
A mí no me pregunten sobre el
amor, yo solo entiendo de poetas en busca de causas perdidas, de poetas
enamorados de una musa inexistente, de poetas que escriben en defensa propia
por ausencia ajena. A mí no me pregunten si vi a Cupido lanzar flechas, yo solo
entiendo de cicatrices rojas en el pecho, cicatrices que no hacen juego con el
rojo pasión de las paredes pero tampoco desentonan. A mí no me pregunten acerca
de jurar amor eterno, yo solo sé de una fecha de caducidad que se esconde en
cada espalda; el tiempo corre, vuela y se estrella y así mismo corremos, volamos
y nos estrellamos en el amor. Creemos haber encontrado a la persona perfecta
vendida en tantas películas de Hollywood, pero solo hallamos una estrella (y no
de Hollywood) que nos acompaña y se aleja y aleja hasta parecer diminuta en
nuestra vida. A mí no me pregunten de besos y caricias, yo solo sé que sobran
los cincos sentidos para poder sentir aquello que arde en nuestra alma, solo sé
que existen tantos tipos de besos como personas enamoradas de la vida, solo sé
que existen tantas caricias como roces del viento soplen. A mí no me pregunten
por las maneras de querer, solo sé que habrá tantas como intentos por entender
que la libertad no es la ausencia de cadenas sino la facultad de poder elegir.
Actualmente se elige una unión repentina de intimidad, por su naturaleza de
corta duración. A mí no me pregunten de sentimientos “Ad imo pectore” * solo he
oído hablar de un juego entre dos por ver quién
posee a quién, por ver quién se lleva el premio a mejor ruptura. A mí no
me pregunten sobre como expresan los jóvenes el querer, he oído tantas veces la
frase “Te quiero” que creo que se ha convertido en una muletilla matutina. A mí
no me pregunten sobre el amor, que como ven, hablo por encima de mis posibilidades.
*Con todo sinceridad, con toda
franqueza, a pecho abierto.