Su tez pálida como la porcelana, sus ojos azules, seductores
y enigmáticos, en su rostro destacaban aquellos labios carnosos de carmín en
cuya comisura izquierda se encontraba un lunar .Todo esto junto con su corta
melena rubia pulcramente peinada y su gran talento, la convirtieron en una
estrella de Hollywood.
Ella no tuvo figura paterna y este hecho marcó la
presonalidad de esta mujer bella, coqueta, hipersensual e insatisfecha ,que
buscaba el amparo de un hombre protector como lo fueron John y Robert Kennedy
,quienes la tuvieron en su cama pero no supieron hacerla feliz. Su infancia fue miserable, vivió con numerosos padres
adoptivos y en varias casas de acogida, debido a que su madre no poseía una
estabilidad mental.
Esta rubia no tenía un pelo de tonta, su coeficiente
intelectual estaba por encima de la media y poseía una gran biblioteca. Su
forma de ser era paradójica porque su imagen proyectaba una mujer superficial,
cazamaridos, segura e impactante, pero en realidad era errática e insegura con
un estado emocional muy frágil que la llevó al mundo de las drogas.
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