Según
la oficina de estadística comunitaria, Eurostat, los jóvenes españoles son de
los que más tardan en abandonar el hogar familiar, con una media de 28´9 años
frente a los 26´1 años como media de los estados europeos. Estas estadísticas
son inaceptables y tenemos que ponerle solución para contar con una generación
más preparada que nunca.
Teniendo en cuenta que esta edad se sitúa en
Suecia a los diecinueve años debemos plantearnos cuál es nuestro problema. En
primer lugar analizaremos la situación desde la perspectiva de nuestros
jóvenes. Al hacerlo nos daremos cuenta de que el sueño de muchos de ellos
(entre los cuales se incluye el autor de este texto) es lograr esta ansiada
autosuficiencia, por lo que cabe preguntarse cuál es ese muro que les impide
alcanzarla. Para llegar a la respuesta estudiaremos el significado de la
palabra independencia, que quiere decir en esencia no tener una relación de
necesidad con otra cosa. Para lograrlo, la base se encuentra en disponer de
unos ingresos propios; por consiguiente, la falta de empleo en nuestra nación
puede ser una de las causas que retrase la independencia de los jóvenes. No
entraré en la forma de la solución pero no cabe duda de que necesitamos medidas
que incentiven el empleo de nuestra juventud y unos puestos de calidad acordes
con su preparación.
En resumidas cuentas, no es que los jóvenes
no “vuelen” por comodidad, más bien al contrario. Necesitan ayuda desde las
instituciones gubernamentales para mejorar la empleabilidad y calidad del trabajo
en este sector de la población
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