¿Quién le iba a decir a Dios, cuando creó al hombre,
que este se corrompería de tal modo que
reclamaría la Tierra como suya?
Y
es cierto. ¿Quién le explicará al pobre “negrito” que no tiene derecho a estar
en un lugar por no haber nacido allí? Somos tan egoístas, y estamos tan mimados
por la vida que nos podemos permitir el lujo de no dejar a los demás entrar en
nuestro territorio por el simple hecho de que aparecimos ahí y ellos no. Pero
claro, luego nos quejaremos del sitio que nos ha tocado porque nosotros podemos
elegir dónde vivir y nos podremos ir al país que nos gusta donde tendremos mil
euros más de sueldo. Ellos no. Ellos solo quieren comer, a ellos les da igual
Italia, España, Alemania… les da igual en qué trabajar, ganar mil euros más, o
menos, solo quieren un lugar donde vivir sin miedo de que maten a sus familias
en cualquier momento, donde sus hijos puedan ir a un colegio; Ellos solo
quieren vivir.
Y
la pregunta es: ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? ¿En qué momento se nos ha dado
potestad para decidir quién vive y quién no? ¿No creó Dios la Tierra para
todos?
Muy cierto,tristemente.
ResponderEliminarBuen texto Dani