Erase un caballero vestido, con esclavina con condecoración de la orden de Santiago. Con ropajes color noche, aspecto de noble cortesano, enraizado con la diplomacia, sombra de aristócratas apoderados. ¿Eres tú Apolo quién quieres criticar?, tú que tienes pies zambos y cojera al andar, zueco de aprendiz es tu calzar. Aspecto de galán de poca monta, con arboleda sin fin entre ladera y cueva, con dos lupas en el mango del espejo del alma que las usa para ver una realidad distorsionada. Su cabello inmensa mar oscura, desierto infinito, cataratas que se pierden en la inmensidad.
Ser recto, rígido, voraz con sus pensamientos, como el cazador que ataca a su presa creyéndose que es mejor, superior. Que osa criticar a toda razón que no se asemeja a la de su insaciable corazón. Tú, alma espiritual que tienes pasión cristiana, cosa que me halaga. Tú, que llamas judío al enemigo, al que tiene musa que inspira, que inspira ira al que no la encuentra en su vida.
¡Aprendiz!- te digo, aprendiz de tu destino.
Quiero hacer saber que este alumno ha creado personalmente esta descripción, documentándose sobre las figuras de Quevedo y Góngora. Excelente, Adrián.
ResponderEliminarTu profesora.
Carmen Marqués
Hola Carmen, soy Isabel. Estoy usando tu blog para explicar qué es a mis alumnos de 4ºD+E.
ResponderEliminarMuchas Gracias