domingo, 19 de noviembre de 2017

Miguel Villarejo 4ºA. La relación entre adolescentes y la tercera edad

Vivimos en la época del trabajo. Una época en la que la ya antigua figura de "padre" la ejercen los  progenitores (ambos) , y la de "madre" los y las abuelos y abuelas.Los mayores ayudan en la educación y el desarrollo del infante, son sus defensores ante "problemas" paternales y siempre estarán de tu parte. Algo muy necesario en esta edad tan difícil ( por algunos apodada "la edad de la ira"). La adolescencia. Famosa por sus idas y venidas, por sus cambios, por sus dudas y sobre todo por sus disputas. Por estos tiempos, la casa se convierte en  "La Segunda Guerra Mundial" (light) , un campo de batalla entre padres e hijos. Pero en toda guerra hay un mediador. En este caso, son los abuelos. Aunque nos llevemos cincuenta años, ambos (aunque no siempre) comprendemos el pensamiento del otro. Los adolescentes, más "progresistas", visionarios y tecnológicos; y los ancianos, conservadores y, en cierto modo, despiertos.

Los padres de nuestros padres son nuestros cojines, nuestros hombros, nuestros escudos, y armaduras. Nosotros somos sus sombras, sus reflejos, sus sueños y expectativas. Nos conocen, nos entienden y nos ayudan. Nos dan un poco de luz en esta etapa en la que sólo somos capaces de ver oscuridad. Ellos son nuestros maestros, ellos, son nuestro "Yoda".

María Albert. 4ºA. La relación entre adolescentes y la tercera edad

Para describir una relación entre dos edades tan distintas y a la vez tan opuestas hay que centrase más bien en otro contexto temporal. En primer lugar, hacer referencia a los años con lo que vivimos la adolescencia que suele ser alrededor de los 15 o 16, y sin embargo la tercera edad sería el caso de mas años ¿no? Pero para sernos sinceros, vamos con lo que realmente es importante. Estaremos de acuerdo en que tanto nuestros mayores como los jóvenes comparten la idea de vivir cada día como si fuera el último, solo que no de la misma forma. Pero sin embargo hay algo en estas personas a las que consideramos mayores, en el caso de los abuelos por ejemplo, que ellos y ellas también han pasado por la adolescencia, obvio que como he dicho anteriormente no de la misma forma ni con los mismos privilegios, pero ha vivido al igual que nosotros esa edad en la que "todo me resbala" y en que me estoy haciendo mayor pero no quiero pensarlo. Aunque pensándolo bien no somos ni Peter Pan ni ningún personaje de cuento o película que no podamos crecer y llegar a ser adultos y tener que pasar a ser responsables de muchas cosas, pero mejor de este tema hacemos oídos sordos y seguimos comportándonos como críos en muchos casos. Por eso nosotros, los adolescentes, no tenemos buena relación con estos individuos a los que vemos aburridos de la responsabilidad que implican, pero no porque no sepan lo que es el Snapchat o el Instagram, si no porque creemos que ellos no conocen nuestra situación de adolescente frustrado ni nuestras movidas o ideas modernas. Pero... Ellos también lo han sufrido y han tenido esas ideas de modernización, solo que con cosas anteriores claro está.

Más tarde, los jóvenes de ahora seremos personas adultas que también sufriremos la adolescencia pero desde otro punto de vista, esta vez será desde fuera, con nuestros hijos y nietos que pensaran tal vez lo mismo que nosotros ahora "¿Y tú que sabes de cómo me siento?" Pero ni la una ni la otra etapa de la vida puede sobrevivir la una sin la otra, si no que tiene que establecerse ese equilibrio de broncas y de mas, que hacen de la vida del adolescente mas frustrada y la vida de nuestros mayores más divertida o entretenida. Para finalizar o terminar con esta serie de argumentos que a lo mejor no sirven para pensar o plantearte lo mismo que yo, o no compartir las mismas idea. Pero me gustaría antes de nada hacer un llamamiento a tu adolescencia, a esos recuerdos lejanos, o tal vez cercanos, y hacerte una pregunta para que reflexiones sobre ella: ¿Cuál fue tu mejor momento en tu etapa de adolescente? y bien ahora...¿Cuál fue tu peor? Y ahora, dicho esto, piensa en tu vida actual, en cómo ha cambiado o en lo que has llegado a ser gracias a tus errores y en como repercute en tu edad adulta. De esta forma estarás de acuerdo con mis argumentos anteriores.

miércoles, 15 de noviembre de 2017

Sandra Ortega. 4ºE. La relación entre los adolescentes y la tercera edad.

¿Cuántas veces hemos escuchado a nuestros abuelos decirnos “Dejad el móvil ya”? ¿Qué pensamos sobre esos juegos tan aburridos que nos proponen? Mi opinión sobre este tema, es que nos hemos olvidado de vivir con pequeñas cosas, se nos ha extraviado la manera de jugar. Lo peor de todo es en comidas familiares ¿Me juráis que después de comer, o mejor dicho, hasta durante la comida, en vez de, hablar con vuestros abuelos o pedirles que os cuenten batallitas de su adolescencia no os habéis puesto con los celulares? Pongo la mano en el fuego que el 75% sí. Existen casos en los que más de uno se ha sorprendido cuando va sentado en el autobús o en el metro y de repente una persona más joven cede su asiento a un anciano o anciana. Al ver eso nos exaltamos debido a que hoy las personas de la tercera edad, son un estorbo para muchos, que son unos lentos al cruzar el paso de cebra, pero retrocedamos 100 años más atrás…El respeto a los mayores estaba por encima de cualquier cosa, sin embargo ahora, nos aprovechamos. Este fin de semana, esperando a que saliera el tren, se abrió la puerta y era una mujer de 80 años aproximadamente con una mochila a la espalda más grande y un carro que no podía subir. Yo, mientras la observaba me di cuenta de que nadie se había levantado a ayudarla, sin embargo yo, fui rápidamente, la quité la mochila de la espalda, me la colgué y la subí el carro que tanto le pesaba. Noté como esa parte del vagón me miraban de manera extraña y la verdad seguía sin entenderlo, la anciana me dijo “Hace más de un año que un joven no me ayuda”

Creo que la sociedad en la que vivimos, somos un poco egoístas y no pensamos en que en un futuro también nos costará pasar un paso de cebra, incluso agacharnos a por las llaves que se nos caigan. Pensemos más en los demás.

lunes, 13 de noviembre de 2017

Carolina Reino. 4ºD. Los adolescentes y las personas de la tercera edad.

Los abuelos desempeñan un importante papel en el núcleo familiar. Son personas sabias que nos transmiten su cultura y conocimiento a través de historias de experiencias vividas. Actúan como mediadores, gracias a su bondad y comprensión mantienen unidas las familias y colaboran de manera activa en la educación de los más pequeños. Del mismo modo dan ayuda económica (pagas, etc.) a distintos miembros del grupo familiar.
Debido a la gran diferencia que existe entre su generación y la nuestra, la de los adolescentes, a veces existen momentos de confusión y tensión. Por ejemplo, en la época de mis mayores no había tecnología, la familia estaba mucho más unida, no había tantos peligros… Eso conlleva a que las formas de entretenimiento sean muy distintas. Del mismo modo ellos recibieron una educación bastante pobre en comparación con la nuestra y vivieron en la época de la posguerra, teniendo muy pocos recursos económicos. Nosotros vivimos con muchas comodidades, nos absorben las pantallas y tendemos a no reunirnos tanto con ellos, y eso descontenta a los más ancianos quienes, como he dicho antes, tenían otras costumbres y estilos de vida. Hay personas de la tercera edad más modernas y otras que se encierran en el pasado, como es el caso de mis abuelos.
Personalmente, yo solo he conocido a mis abuelos paternos y ellos muchas veces nos reprochan el hecho de que no les vamos a visitar muy seguido. No debemos “abandonar” a estas personas que nos proporcionan tanta ayuda y felicidad, es nuestro deber prestarles la atención que se merecen y pasar tiempo con ellos, de manera que las familias vuelvan a estar igual de unidas que antes y todos podamos compartir buenos momentos y alegría con nuestros seres queridos.

Carlos Valverde. 4ºB PEREGRINATIO VITAE

PEREGRINATIO VITAE

En nuestra vida recorremos un camino, en otras palabras, somos peregrinos de un sendero que nos lleva a la muerte. Hace unos años se preguntó a un grupo de ancianos antes de llegar a su destino que si se arrepentían de algo en sus vidas. Casi todos de decían que se lamentaban, no por las cosas que hicieron, sino por las cosas que no hicieron a lo largo de sus travesías. Muchos dijeron que lamentaban no haber hablado con familiares, haberse enfadado injustamente con personas o no haber luchado por sus sueños.
            La Tercera Edad es una época en la que reflexionas sobre tu vida y aprovechas hasta el final de tus días el precioso milagro de vivir. Numerosos abuelos sienten un gran vacío interior, una sensación de soledad que solo se sana en Navidad, cuando toda la familia se une en esa cena anual.
Todos somos testigos de esta situación que nos aleja de nuestras familias y nos vuelve a unir una vez al año, solo una vez al año para hablar con familiares, para perdonar esos enfados intrascendentes o simplemente para desear “¡Feliz Navidad!” a tus abuelos.
             Juntos queremos hacer un llamamiento a la sociedad para no volver a lamentarnos generación tras generación de cometer ciertos errores que nos transforman en máquinas sin sentimientos. Tus abuelos te necesitan, aunque ni siquiera estén aquí, visítalos allá donde estén y haz un mundo en el que no nos arrepintamos nunca más por no haber luchado por nuestros sueños.

#SeFelizHazFeliz  

Celia García Esteban. La relación entre los adolescentes y los mayores

Para mí mis abuelos son una base, la base de mi vida, la base de mis recuerdos, la base de mi infancia. Yo no sería quien soy si no fuera por mis abuelos, y aunque esté en la adolescencia y todos digan que en esta edad a los jóvenes no nos importa nada y que pasamos de todo, no es verdad, porque yo los quiero con todo mi corazón.
He tenido la suerte de conocer a tres de mis cuatro abuelos, y a pesar de haber tenido unos cuantos encontronazos con una de mis abuelas (la que vive en el pueblo), todos guardan un lugar especial.
Mis dos abuelos, Aurelia y Javier, son los que me han cuidado y criado básicamente. Me han recogido del colegio y me han dado de comer, me han llevado de paseo y me han dejado dormir en su casa cuando mis padres no estaban. Sinceramente no podría estar más agradecida.

Cuando los veo, sé que siempre tienen una sonrisa para mí y que yo la tengo para ellos. A pesar de todas mis actividades extraescolares, de mis horas de estudio y de mis salidas con amigos, siempre busco tiempo para ellos, aun no siendo todo el que desearía.

viernes, 10 de noviembre de 2017

Nacho Redondo El consumismo en los jóvenes

¿Qué tipo de consumidores son los jóvenes actuales? Hay variedad de opiniones sobre como son los nacidos entre 1994 y 2010, que son quienes forman parte de la generación Z; nuestra juventud. Hay quien dice que tienen inculcados unos valores muy positivos, otros opinan que han tenido y tienen demasiadas facilidades y por eso no están bien preparados…
Enmarcar la forma de ser de toda la generación no es tarea fácil, pero hablar de su actitud como consumidores es más sencillo.
En primer lugar, debemos destacar el dominio de las nuevas tecnologías que poseen, lo que permite que todos estén conectados entre sí y puedan ver los productos que tienen los demás, los que más gustan a las masas…
Sin duda, en lo referido a vestimenta, a este grupo le importa lo que lleven los famosos y por consiguiente compran prendas y conjuntos que haya mostrado algún “influencer” de internet, incluso líneas de ropa diseñadas por ellos. Además cabe destacar la importancia que le dan a las marcas. Estas dan estilo a las prendas, es un seguro de que su vestimenta gustará a todo el mundo y no importa la subida del precio.

Está claro que estos jóvenes reciben gran influencia de internet, lo que ven allí, lo que gusta a la gente… Y esto se refleja en los artículos que compran.

Argumentación de Helena Alcázar

LA TERCERA EDAD

Las personas de la tercera edad son, sin duda, el mayor tesoro que posee la sociedad.
En primer lugar, es apasionante poder sentarte junto a ellos y hablar de cuando eran jóvenes. Tienen tantos recuerdos, historias… grabados en su memoria, tantos buenos consejos y lecciones que les ha dado la vida.
En segundo lugar, son héroes. Sí, porque son la salvación para muchas familias. Ayudan en el cuidado de sus nietos, aportan recursos económicos y no les importa ofrecer su tiempo a los demás.
En tercer lugar, son personas agradecidas. Han vivido unos años difíciles y complicados, guerras, hambre… Pero aún así, cada día regalan una sonrisa al día.  Desde siempre he sentido un enorme respeto hacia ellos. En cuanto a mis abuelos, me siento muy afortunada de tenerlos. Pase lo que pase siempre están apoyándome y cuidando de mí.
Algo que me gustaría mucho sería poder dedicar una parte de mi tiempo a estar con gente mayor. A aprender de ellos y a ver la vida de otra manera. Sería precioso emplear alguna tarde para ir a la residencia. Hace poco escuché la noticia de unos chicos a quienes se les había ocurrido la idea de “adoptar un abuelo”. Una iniciativa estupenda en la que durante un tiempo haces de nieto de un abuelito que pasa mucha soledad.

Para terminar, me gustaría decir que no hay nada más desinteresado y único que el amor de tus abuelos.  

miércoles, 1 de noviembre de 2017

¿LA FELICIDAD DEPENDE DE LA PROSPERIDAD ECONÓMICA? CARMEN MARQUÉS

"Hay muchas cosas en la vida más importantes que el dinero. ¡Pero cuestan tanto!". Eso decía Groucho Marx. ¿El bienestar económico es directamente proporcional al nivel de felicidad que alcanza un individuo? Pongámoslo en duda.
Es cierto que la edad, el sexo y la cultura determinan el grado de satisfacción de la vida que llevamos. Conforme pasan los años nos damos cuenta de que la riqueza reside más en los sentimientos que en haber creado un gran patrimonio. Por eso tenemos que tener muy claro cuáles son nuestros objetivos y qué valor les damos. Comprar, gastar, consumir por el mero hecho de hacerlo trae consigo un nivel de frustración enorme que solo se consigue superar reiniciando ese círculo vicioso. Hacer del dinero nuestra religión tiene una base muy débil y nos impide apreciar la belleza de otras cosas sencillas: valorar la familia, contemplar una puesta de sol, disfrutar de un buen libro, de los amigos, practicar deporte, el amor, el tiempo libre con los hijos, en fin, miles de actividades que no requieren un dineral. Yo sí que considero necesario el dinero para tener cubiertas las necesidades básicas y luego…para comprar experiencias: viajar y conocer otras culturas, donar parte de nuestros bienes a quien carece de comida y educación y emplearlo en ver alegres a los míos. Tenemos muchos ejemplos de ricos tristes, deprimidos, que incluso han llegado a suicidarse. Lo importante para mí es tener un trabajo que me satisface y de gozar de una buena salud para ver crecer a los míos. Crecer por dentro, eso me ensancha y me hace feliz, sí señor.

Por último, el dinero es imprescindible para vivir de una forma un tanto holgada y que nos permita ciertas licencias. Pero aceptarnos a nosotros mismos, tratar bien a los demás y disfrutar de las posibilidades que nos ofrece la vida debería ser un sinónimo de felicidad o algo que se le parezca.