sábado, 31 de enero de 2009

ANTONIO BUERO VALLEJO




Antonio BUERO VALLEJO (Guadalajara, 1916 - Madrid, 2000). Realizó los estudios de bachillerato en su ciudad natal (1926-1933). Pronto manifestó una decidida vocación por el dibujo que sería alentada por su padre. Al ser éste destinado a Madrid en 1934, Antonio se traslada a la capital con su familia, y cursó estudios en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando. Al estallar la guerra y no pudiendo alistarse como voluntario, por la negativa de sus padres, trabaja en el taller de propaganda plástica de la F.U.E. hasta que al ser movilizada su quinta es destinado a un batallón de infantería. Al final de la contienda es condenado a muerte, pena que le fue conmutada ocho meses después. Tras un largo peregrinar por diversas cárceles sale en libertad condicional el año 1946. Vuelve a su antigua vocación pictórica, la cual quedará relegada a un segundo plano al obtener el año 1949 el premio Lope de Vega con Historia de una escalera y en el mismo año el premio de la Asociación de Amigos de los Quinteros por su acto único: Las palabras en la arena. Buero desempeña una actividad intelectual y literaria intensa, acudiendo a diversas ciudades extranjeras para dar conferencias, charlas, debates o abrir coloquios. Muchas de sus adaptaciones de Shakespeare, Ibsen y Bertol Brecht son de una perfección notable. Desde 1971 pertenece a la Real Academia Española. Rebelde a las clasificaciones, la obra dramática de Buero Vallejo se integra en una serie de planos que aparecen superpuestos en sus primeras obras (lo simbólico y lo realista, lo existencial y lo social) y que irán evolucionando a lo largo de su trayectoria dramática. La historia de una escalera (1949) —obra que marcó un hito en nuestro teatro de la postguerra— se puede calificar como el drama de la frustración social visto a través de tres generaciones de la clase media baja. En La ardiente oscuridad (1950) trata sobre una Institución de ciegos, en ella se plantea el dilema de si debemos aceptar nuestras propias limitaciones, tratando de ser felices con ellas, o debemos rebelarnos trágicamente.
A estas primeras obras siguieron La tejedora de sueños (1952), basada en una original interpretación del mito de Ulises y Penélope, La señal que se espera (1952), donde se exalta el poder creativo de la fe, Casi un cuento de hadas (1953), que trata del valor que supone para el hombre la posesión del amor. En Hoy es fiesta (1955) y Las cartas boca abajo (1957), los ambientes se acercan a los representados en La historia de una escalera, desarrollándose respectivamente en la azotea y en el interior de unas casas modestas. Un soñador para un pueblo (1958) es, en cierto sentido, un «drama histórico» (sobre Esquilache, ministro de Carlos III). Esquilache, en nombre de la razón, pretende sacar al país del oscurantismo tradicional en que se encuentra pero termina derrotado por este mismo pueblo. Sobre Velázquez, Las Meninas (1960), y Goya, El sueño de la razón (1970), están basados los dos dramas siguientes de tipo «histórico». A ellos se une La detonación (1977), que gira en torno a la figura de Larra. Relacionada con este grupo se encuentra El concierto de San Ovidio (1962), en el que se recrea el ambiente de los ciegos del Hospicio Quince-Veinte en el París del siglo XVIII. Aquí los ciegos son un símbolo de los oprimidos. La historia, en este ciclo, es el pretexto de que se vale el autor para plantear problemas de actualidad sin cortapisas de la censura. El tragaluz (1967) enfrenta dos mundos paradójicos: vencedores y vencidos. La doble historia del doctor Valmy (1976), trata el tema de la tortura. En La llegada de los dioses (1971), vuelve a aparecer la ceguera del protagonista como símbolo de la rebelión contra las injusticias que le rodean. La Fundación (1974) presenta a varios presos políticos que buscan la libertad a través de enfrentar realidad y ensueño. En esta obra merecen destacarse las modernidades técnicas del dramaturgo: el público ve la realidad escénica a través de la fantasía del personaje principal. La situación política de fines de los setenta le inspira Jueces en la noche (1979). Con Caimán (1981), vuelve a los planteamientos sociales de su comienzo. La obra dramática de Buero Vallejo es considerada como la más relevante de la postguerra en España. A través de ella el autor intenta adquirir conciencia de las realidades de tipo psicológicoy social en que se desarrolla la vida del hombre actual. Recibió el Premio Cervantes de Literatura.(AACHE ediciones)


Los PERSONAJES de BueroVallejo presentan las siguientes características:

1.Presentan alguna tara física o psíquica, para poder criticar el mundo y la sociedad a través de ellas.
2.No se reducen a simples esquemas o símbolos.
3.Son caracteres complejos que experimentan un proceso de transformación a lo largo de la obra.
La crítica los ha distinguido entre personajes activos y contemplativos.
Los activos carecen de escrúpulos y actúan movidos por el egoísmo o por sus bajos instintos, y, llegado el caso, no dudan en ser crueles o violentos si con ello consiguen sus objetivos. No son personajes malos; la distinción maniquea entre buenos y malos no tiene cabida en el teatro de Buero.
Los contemplativos se sienten angustiados. El mundo en que viven es demasiado pequeño. Se mueven en un universo cerrado a la esperanza. A pesar de ser conscientes de sus limitaciones, sueñan un imposible, están irremediablemente abocados al fracaso. Nunca ven materializados sus deseos.




FRAGMENTO DE "EL TRAGALUZ"




El tragaluz es, en cierto sentido, una obra «histórica»: desde un momento del futuro, el siglo XXV o XXX, según Buero dos «investigadores» proponen al espectador un experimento: volver a una época pasada (el sigo XX) para estudiar el drama de una familia cuyos miembros sufrieron «una» guerra civil con sus secuelas. Enuncian tales palabras una función esencial de la Historia: conocer el pasado para asumirlo y superarlo, desechando odios, venciendo tendencias nocivas y extrayendo lecciones para caminar hacia el futuro. Se nos presentan, pues, unas vidas marcadas por la guerra. Ante todo, por las secuelas de la misma contienda: muerte de una hija, depuración del padre, pobreza... Pero, sobre todo, marcadas por un dramático episodio del final de la guerra que separó al hijo mayor, Vicente, de los demás: fue el único que pudo escapar en un tren hacia Madrid. En cualquier caso, desde entonces las vidas de unos y otros han ido por caminos muy distintos: en los años 60, cuando comienza la obra (el «experimento»), Vicente estará bien situado en la sociedad y Mario, el hermano menor, vive pobremente en un semisótano con sus padres: una madre resignada y un padre que ha perdido la razón. Las relaciones de los dos hermanos con Encarna secretaria y amante de Vicente, pero enamorada de Mario completarán el tejido de estas vidas.










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FRAGMENTO DE "UN SOÑADOR PARA UN PUEBLO"



La primera obra histórica de Buero Vallejo, Un soñador para un pueblo, recrea el motín de Esquilache (1766), bajo el reinado de Carlos III, para presentar el nudo histórico de donde partió, en su opinión, la España moderna.







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Fragmento de "En la ardiente oscuridad"

“ ...En la ardiente oscuridad . Los personajes de aquella obra tenían los ojos
cerrados; su conflicto consistía en abrirlos. Era un conflicto nacido de la lucha
entre el temor y el deseo, entre los inconvenientes y las ventajas que el
esclarecimiento de un gran problema puede acarrear...El propósito unificador de
toda mi obra ha seguido siendo, seguramente, el mismo: el de abrir los ojos. ¿A
qué? A la verdad...”. (Revista investigación y eduación)




IGNACIO.- (Deja de reír. Grave). Estáis envenenados de alegría. Pero sois monótonos y tristes sin saberlo... Sobre todo las mujeres. Aquí, como ahí fuera, os repetís lamentablemente, seáis ciegas o no. No eres la primera en sugerirme esa solución pueril. Mis vecinitas decían lo mismo.

JUANA.- ¡Bobo! ¿No comprendes que se insinuaban?

IGNACIO.- ¡No! Ellas también estaban comprometidas... como tú. Daban el consejo estúpido que la estúpida alegría amorosa os pone a todas en la boca. Es... como una falsa generosidad Todas decís: ¿Por qué no te echas novia?" Pero ninguna, con la inefable emoción del amor en la voz, ha dicho. "Te quiero." (Furioso). Ni tú tampoco, ¿no es así? ¿O acaso lo dices? (Pausa). No necesito una novia. ¡Necesito un "te quiero" dicho con toda el alma! "Te quiero con tu tristeza y tu angustia; para sufrir contigo y no para llevarte a ningún falso reino de la alegría." No hay mujeres así. "


FRAGMENTO DE "HISTORIA DE UNA ESCALERA"

FERNANDO.- No. Te lo suplico. No te marches. Es preciso que me oigas... y que me creas. Ven.
(La lleva al primer peldaño.)(Con un ligero forcejeo la obliga a sentarse contra la pared y se sienta a su lado. Le quita la lechera y la deja junto a él. Le coge una mano.)
CARMINA.-¡Si nos ven!
FERNANDO.- ¡Qué nos importa! Carmina, por favor, créeme. No puedo vivir sin ti. Estoy desesperado. Me ahoga la ordinariez que nos rodea. Necesito que me quieras y que me consueles. Si no me ayudas no podré salir adelante.
CARMINA.-¿Por qué no se lo pides a Elvira?
(Pausa. Él la mira, excitado, alegre.)
FERNANDO.- ¡Me quieres! ¡Lo sabía! ¡Tenías que quererme!
(Le levanta la cabeza. Ella sonríe involuntariamente.)
¡Carmina, mi Carmina!
(Va a besarla, pero ella le detiene.)
CARMINA.- ¿Y Elvira?
FERNANDO.- ¡La detesto! Quiere cazarme con su dinero. ¡No la puedo ver!
CARMINA.- (Con una risita.) ¡Yo tampoco!
(Ríen felices.)
FERNANDO.- Ahora tendría que preguntarte yo: ¿Y Urbano?
CARMINA.- ¡Es un buen chico! ¡Estoy loca por él! (Fernando se enfurruña.) ¡Tonto!
FERNANDO.- (Abrazándola por el talle.) Carmina, desde mañana voy a trabajar de firme por ti. Quiero salir de esta pobreza, de este sucio ambiente. Salir y sacarte a ti. Dejar para siempre los chismorreos, las broncas entre vecinos... Acabar con la angustia del dinero escaso, de los favores que abochornan como una bofetada, de los padres que nos abruman con su torpeza y su cariño servil, irracional...
CARMINA.- (Reprensiva.) ¡Fernando!
FERNANDO.- Sí. Acabar con todo esto. ¡Ayúdame tú! Escucha: voy a estudiar mucho, ¿sabes? Mucho. Primero me haré delineante. ¡Eso es fácil! En un año... Como para entonces ya ganaré bastante, estudiaré para aparejador. Tres años. Dentro de cuatro años seré un aparejador solicitado por todos los arquitectos. Ganaré mucho dinero. Por entonces tú serás ya mi mujercita, y viviremos en otro barrio, en un pisito limpio y tranquilo. Yo seguiré estudiando. ¿Quién sabe? Puede que entonces me haga ingeniero. Y como una cosa no es incompatible con la otra, publicaré un libro de poesías, un libro que tendrá mucho éxito...
CARMINA.- (Que le ha escuchado extasiada.) ¡Qué felices seremos!
FERNANDO.- ¡Carmina! (Se inclina para besarla y da un golpe con el pie a la lechera, que se derrama estrepitosamente. Temblorosos, se levantan los dos y miran, asombrados, la gran mancha en el suelo.)

3 comentarios:

  1. Estupenda entrada; da gusto tener tan fácil el acceso a personajes y obras que tantas veces has oído.Una vez en Almagro, en el Festival de Teatro, coincidimos con una exposición magnífica sobre Buero con manuscritos originales, fotografías y premios. !Cómo hubieras disfrutado!
    Besos, Nilla

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  2. Estaba buscando información sobre Buero y "El tragaluz" y me ha resultado muy útil.

    Sólo quería hacerte saber que vamos a representarla en abril en el contexto del festival de teatro de la UPM por si te interesara venir a verla.

    Si quieres más información puedes entrar en
    http://el-tragaluz-teatro.blogspot.com/ o http://noesculpanuestra.blogspot.com/

    Me alegra encontrar a gente con ese interés por la lectura y el teatro.
    Gracias por tu blog. Es un buen descubrimiento.

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  3. Me ha costado mucho encontrar esta página, pero una vez descubierta me ha servido de gran ayuda. La verdad, me gusta saber de gente que se interesa por el teatro, la literatura, pero sobretodo de Buero. A parte de ser buen escritor, fue una gran persona como para recordarla a menudo,

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